lunes, 22 de marzo de 2010

Donosti (episodio I)

Hola a todo el mundo!

Casi recién llegado de Lima (un lunes a las 17h) salimos para San Sebastián (viernes a las 15h) con lo que la semanita fue... condensada!

Os pongo en antecedentes.
La jefa cumplió años el 6 de marzo (hala a felicitarla todos) y un servidor estaba en otro hemisferio (ya se que lo del hemisferio lo repito mucho, pero es que me hace mucha gracia... ¡y el agua, en los sumideros, gira en sentido contrario, ya lo dije!).

La cosa es que le apetecía desaparecer un fin de semana, y por desaparecer se refería a esa coyuntura especial de "no es no hacer nada, más bien hacer pero con calma" creo que me entendéis. Si nos vamos a un sitio como Salamanca, Palencia,... hay taaaaaanto que ver y no sabes cuándo podrás volver que al final no te relajas. Así que miramos un mapa y nos dijimos: SAN SEBASTIÁN!!!!

Y fue un acierto, la guía del País Vasco que nos compramos hizo una definición que creo es genial para honrar a esta hermosa ciudad: "San Sebastián no es una ciudad que tenga mucho que ver, pero es una ciudad que hay que ver".

Para empezar, por primera vez no salimos desde nuestra casa, al lado de Santiago (O Milladoiro) sino de Porriño (Cerca de Vigo) donde trabaja la jefa. Nos venía muy bien para coger carretera y tirar millas... y tantas millas: 7 horas de coche y la seguridad de que nuestras autopistas son una maravilla en comparación con las de Euskadi.

GUÍA BÁSICA DE VISITA DE SAN SEBASTIÁN-DONOSTI
- Pasear: estirar la piernas
- Comer: Pintxos
- Pasear: por el paseo de La Concha
- Comer: bacalao y cocotxas

Como llegamos tarde al hotel y empezar la visita mañana.

SÁBADO MAÑANA
Esta cuidad viene a ser así: Monte-Playa-Playa-Monte-Desembocadura de río- Playa; de tal manera que entre los dos montes, las dos playas (una de ellas la Concha) forman una bahía estupenda, que es la archiconocida.

Empezando por la base del primer monte, El Igeldo, nos encontramos el Peine de los Vientos, del amigo Chillida. Eso que a simple vista parecen tres gurruños metálicos oxidados puestos por las rocas, generan un espacio acogedor y dan al horizonte una gracia muy natural. Y por supuesto es el sitio natural para las fotos de boda (como pudimos ver... eso sí, si mi señora me ve sentarme sobre el acero oxidado con el traje de la boda la foto iba a ser la mía escapando de un ramo de flores).
Por cierto, unas piedras puestas en el suelo que completan la plaza de la escultura
son de granito "rosa porriño"... morriña nos entró.







A lo largo de toda la costa de esta ciudad hay un paseo marítimo lleno de gente, pero lleno, lleno... una pasada.

Luego subimos a este monte (Igeldo) desde el que hicimos una foto de la ciudad, supongo que la típica, donde se bonita, bonita. Al fondo ese pequeño cuadrado azul es el Kursaal.






En fin... mañana más.

un saludo

Sean Macgregor

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