martes, 22 de diciembre de 2009

Numeritos

Hola a todo el mundo!
A cuento de nada hoy escribo de algo que no tiene nada que ver con lo habitual, aunque he llegado a esto desde una entrada conversación de ayer

Resulta que hablando ayer con una persona me dijo que le resultaba llamativa la repetición de ciertos números en nuestra cultural. Como la base de ésta es una mezcla aristotélica y católica a mí la repetición de determinados números me resulta obvia. Otra cosa es que no sepamos de dónde vienen.

Así que en un alarde de pijismo prepotente hago mi pequeñísima aportación cabalística.

Si nos fijamos en la Biblia se repiten una serie de números hasta la saciedad: 1, 3, 4, 7, 10, 12, 40. El antiguo testamento es la historia del pueblo judío hasta en nacimiento de Jesús y sienta las bases de la cultura que utilizará éste en el nuevo testamento. A su vez el nuevo testamento está escrito en griego, que sirvió como canal para dar el salto al resto de Europa y canal de la cristianización.

1”. El más fácil, uno indica individuo, lo único. Puede hacer referencia al individuo o al ser supremo. Es aquello a lo que nos referimos como parte indivisible.

3”. Hace referencia la triángulo, única pieza geométrica que dados sus lados sale una forma inamovible. A diferencia del las otras formas si tenemos la longitud de los lados los ángulos son fijos. Pensad en cuatro lados, puede que nos salga un cuadrado o un rombo. Pero el triángulo será como será pero es inamovible. Así que el tres representa a lo eterno, a lo divino. Por eso se representa a Dios con un triángulo en vez de la aureola típica de los santos.

Combinando con lo anterior, en la cultura cristiana Dios es uno y trino (un solo dios y tres personas: padre, hijo y espíritu santo) jugando así con la idea de las diferentes formas de un único ser, se combina el 1 y el 3.

Y por eso las virtudes teologales son tres: fe, esperanza y caridad (por cierto, a aquellos que se hayan fijado las encíclicas que ha escrito Benedicto XVI, hablan de la caridad y la esperanza, se supone que hablará próximamente de la Fe).

4”. Lo terrenal, por extensión lo humano. Esto es posible que lo tengamos más interiorizado: los cuatro elementos de la naturaleza: agua, aire, tierra y fuego. Con los que juega el ser humano para sobrevivir. Así cada referencia al ser humano se hará con este número y siguiendo con el ejemplo de las virtudes, las cardinales son cuatro: fortaleza, templanza, prudencia y justicia. Se suponen que son hábitos que disponen al entendimiento y voluntad de obrar. Por eso son móviles y no fijas como las teologales que son fijas.

El 10 se utiliza poco en relación con los demás. Indica la perfección en el hombre, de ahí los 10 mandamientos. Posiblemente venga de una cosa tan simple como los dedos de las manos. Algo que colma hasta dónde podamos contar cubre todas las expectativas. Más es exceso, menos queda descolgado.

El resto de los números son combinaciones de los anteriores: 4+3=7, 3x4=12, 4x10=40.

Bueno, el 40 representa una vida, la media de edad de vida de un ser humano en la antigüedad y la combinación del 4 y el 10.

De la combinación del 3 y el 4 salen números conocidos:

7 bienaventuranzas

70 (7x10) veces 7 perdonaré a mi enemigo

12 tribus de Israel

12 Apóstoles

12 horas del día (de ahí la importancia de hacer cosas justo al mediodía y a medianoche

Y que por exclusión nos refiramos a otros números como negativos:

el 6 (diabólico): 666, que se entiende como una broma del diablo repitiendo tres veces la suma de 3 y 3, o invirtiendo 3 3x3

el 8 (engaño): La bola negra. Sigue la lógica del anterior pero desde el 4.

Y esto que parece una pequeña nota cultural del cristianismo y de la base de nuestra cultura actual influye de forma curiosa en el lenguaje: nos gustan tradicionalmente las enumeraciones de 3 y 7. En plan: “las tres normas básicas son”, “tres ideas”, o historias de 3,4 o 7 personajes

Pequeña nota al margen. Nuestro sistema de números está organizado en base 10, es decir que nos movemos en la combinación de un orden de 10 elementos. Podemos suponer que se escogió este número por la lógica de contar con los dedos. La cultura maya tenía un sistema en base 20, es decir en vez de ser potencias de 10 (10, 100, 1000,…) eran potencias de 20 (20, 400, 8000, …). El resultado es el mismo pero la forma de verlo es diferente. Pues el “chascarrillo” que nos contaron a la jefa y a mi en Guatemala era que como los árabes iban calzados al crear el sistema decimal, este era en base 10, y como los mayas descalzos contaban también con los dedos de los pies: 20. Y eso influyó mucho en su cultura.

En fin. Y una vez soltada mi perorata de nosequeescribirperomeapeteceescribiralgo, me las piro al tajo.


No es que haya sido muy riguroso pero tampoco me quitará el sueño

Un saludo

Sean MacGregor

1 comentario:

  1. Ah, pues a mí me gusta el resumen de numerología asociada... realmente vivimos con esos números en la cabeza (me refiero, tendemos a un tipo de números por esto? A mí me gusta el 6 pero es por mi cumpleaños :D).
    Una vez leí que visualmente conseguimos hacer grupos de 4 y de 5 hacia arriba ya no (es decir, vemos 4 unidades y las contamos de vez; de 5 ya se separan en 2+3). Igual entra dentro de nuestra percepción...

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