Hace unas semanas cuando el temporal campaba a sus anchas por Galicia tuvimos que acercarnos a San Sadurniño (cerca de Ferrol), donde es mi aldea (mi abuelo era de allí). Como terminamos pronto y no nos podíamos quedar improvisamos el retorno a casa.
Nos dijimos, "temporal, temporal... el mar debe estar chulísimo" así que nos acercamos a Valdoviño (A, en el mapa. Definitivamente tengo que mirar como poner los mapas con buena resolución). A todo esto, como nuestra intención inicial no era andar por ahí y andábamos un poco atontados, pues salimos sin mapa, guía de carreteras o tomtom.
En resumen, después de no saber dónde estábamos un par de veces (prometo hablar de esto en profundidad, nos perdemos una media de dos veces por excursión...
en el fondo es divetido). por fin llegamos a Valdoviño, no paramos en la población, antes de llegar vimos mar a la izquierda y tiramos hacia allí. La playas en invierno están preciosas, el mar rompe con fuerza y tienen ese encanto solitario y frío. En este caso desconocíamos lo bonita que es la playa de A Frouxeira. La llegada hasta el mar se realiza por una pasarela de madera que garantiza, hasta cierto punto, una accesibilidad considerable para personas con discapacidad y que a su vez salva el amplio arenal y las pequeñas dunas que separan el aparcamiento del mar. A la izquierda, mirando hacia el mar, queda una pequeña península con un faro moderno. Al acercarnos (empezaba a atardecer y esto está dirección oeste, podéis imaginaros que puesta de sol) el espectáculo de las olas contra las rocas y en las "furnas".
Ahí van unn par de imágenes, en la primera se ven las olas y a un pescador y en la segunda al fondo la pasarela.
Sean MacGregor
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